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Suspensión Suspensión

Unos espirales y amortiguadores en buen estado garantizan confort, un comportamiento en carretera óptimo y una frenada eficaz

El sistema de suspensión está diseñado para dar respuesta a varias problemáticas: la filtración de las vibraciones, el confort, la adherencia en las curvas, la estabilidad en línea recta, la frenada eficaz… todo ello independientemente de la carga, las condiciones climáticas y el estado de la vía.

Además de los brazos de suspensión, los triángulos y las bieletas, el sistema cuenta con dos elementos principales: los espirales y los amortiguadores, garantes de su seguridad. Este conjunto mecánico permite mantener las ruedas en contacto con el suelo, reducir las pérdidas de adherencia, absorber las irregularidades de la calzada independientemente de la carga y estabilizar el vehículo al reducir la velocidad, evitando el hundimiento y el aumento de la distancia de frenado.


Como norma general, excluyendo los casos de degradación debidos a una colisión, los espirales no se cambian y pueden durar toda la vida del vehículo. Los amortiguadores, por su parte, sufren un desgaste normal debido a que están permanentemente en movimiento.

En caso de desgaste pronunciado, el aceite o el gas comprimido por un pistón en el tubo del amortiguador pueden fugarse.


La «vida» de un amortiguador no es tranquila; a los 20.000 Kilómetros, se ha hecho funcionar aproximadamente un millón de veces. El kilometraje y la carga del vehículo, el estilo de conducción más o menos dinámico y el estado de las carreteras por las que se circula influyen directamente en su vida útil. A partir de 60.000 km, se recomienda acudir a un profesional para que los revise cada 20.000 km.

Consejos Eurorepar Car Service

  • Un simple control visual permite detectar una fuga de aceite en el cuerpo del amortiguador. Si hay algún elemento degradado, sustitúyalo lo antes posible.

  • Unos amortiguadores fatigados pueden provocar un desgaste anormal de los neumáticos. En este caso, consulte con un profesional cualificado en la red Eurorepar Car Service.

  • Las vibraciones debidas al desplazamiento del vehículo en cualquier tipo de calzada pueden provocar un rápido deterioro de los elementos de suspensión. El buen estado de los amortiguadores es primordial para permitir una buena filtración de las vibraciones.

Sus preguntas

Es muy probable. Se trata de los síntomas típicos que indican que los amortiguadores no están cumpliendo su función correctamente. Elementos esenciales del sistema de suspensión, los amortiguadores permiten evitar los rebotes y absorben los «movimientos de la carrocería», es decir, todos los movimientos que experimenta el vehículo al acelerar, frenar o cambiar de dirección. Al acelerar, se produce una transferencia de masa hacia la parte trasera del vehículo. Al frenar, sucede lo contrario: el vehículo ejerce una presión de apoyo importante sobre el tren delantero; es lo que denominamos hundimiento. Al girar, el vehículo ejerce una fuerza importante sobre uno de los lados; decimos que realiza un movimiento de balanceo. En todos los casos, la función de los amortiguadores es absorber estos movimientos y evitar una compresión excesiva, lo que podría provocar un comportamiento peligroso, por ejemplo, la prolongación de la trayectoria en los giros. Con el uso, su eficacia disminuye, y los movimientos del vehículo adquieren amplitud, lo que provoca una degradación importante de la adherencia a la calzada y una disminución de la seguridad.

Existe un signo externo: una fuga de aceite en el cuerpo del amortiguador. Si está grasiento y pegajoso, hay una probabilidad muy alta de que esté dañado.

Sin embargo, el desgaste normal de un amortiguador también se evidencia por el comportamiento del vehículo. Cuando los amortiguadores están en mal estado provocan: el ondeo del vehículo en las curvas rápidas, la prolongación de la trayectoria en los giros, una elevación importante de la parte delantera del vehículo al acelerar (especialmente cuando va cargado), un hundimiento muy pronunciado de la parte delantera al frenar y la prolongación de la distancia de desaceleración, un desgaste anormal de los neumáticos, la pérdida de contacto de las ruedas con el suelo en los giros, chasquidos al pasar por badenes o lomos de burro, sensibilidad al viento lateral, vibraciones en el volante y una degradación del paralelismo. Cada uno de estos síntomas es una señal de alerta que no se debe tomar a la ligera. Traiga cuanto antes su vehículo a nuestra red para realizar la revisión de los amortiguadores y del sistema de suspensión.

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