Consejos de expertos

Encontrar el taller más próximo

Sus preguntas

Cada neumático opone una resistencia a la rodadura que varía en función de su tamaño y, en particular, del perfil del dibujo y el ancho de la banda de rodadura. Cuando un neumático está desinflado, la reducción de la presión provoca un efecto de compresión que «aplasta» el neumático contra la calzada, aumentando así la superficie en contacto con el suelo; al que igual que ocurriría si aplastásemos un balón contra una superficie. Esta mayor superficie de contacto requiere más energía para el desplazamiento, lo que hace trabajar más a la mecánica y provoca un mayor consumo, que puede suponer hasta un 20 % más.

Durante la circulación, si el neumático está desinflado, el roce de la banda de rodadura sobre el asfalto genera calor y un efecto de recalentamiento. Este recalentamiento combinado con una deformación importante del dibujo de la banda de rodadura, puede deteriorar de manera irreversible el neumático. Para evitarlo, le recomendamos que infle los neumáticos a la presión adecuada, en particular, cuando vaya a circular por autopista o autovía.

Incluso si su aspecto exterior parece perfecto, los neumáticos se desgastan y «fatigan». Los tacos y la banda de rodadura pierden grosor a medida que se recorren kilómetros. Las ranuras, de hecho, pierden profundidad. Los flancos, por su parte, también pueden sufrir un deterioro a veces invisible, debido, por ejemplo, al impacto con un cordón. Un mal paralelismo o un golpe en la llanta también pueden deteriorar el conjunto llanta/neumático y provocar vibraciones. La vida útil de un neumático varía en función de las condiciones de utilización, por ello es importante cambiar los neumáticos en cuanto perciba los primeros signos de desgaste.

Para realizar esta comprobación, existen unos indicadores de desgaste dentro de las ranuras de cada neumático.

Los datos grabados en los neumáticos contienen mucha información: además de la marca y el modelo del neumático, existen varios datos cifrados, como «195/65 R 15», seguido de una cifra y una letra, por ejemplo 91 H. La primera cifra, 195, indica el ancho del neumático en milímetros. 

La segunda, 65, corresponde a la relación entre la altura del flanco y el ancho del neumático. Se trata de un porcentaje, en este caso un 65 %.

R indica el tipo de estructura que, en este ejemplo, es radial. La cifra 15 indica el diámetro de la llanta en pulgadas sobre la que debe adaptarse el neumático. El número 91 corresponde al índice de carga, es decir, a un peso determinado. Esta cifra significa que el neumático podrá soportar hasta 615 kilos de carga a su presión máxima. Por último, la letra H corresponde al índice de velocidad máxima para la que el neumático ha sido diseñado a su carga máxima. Aquí, H significa 210 km/h. Cabe mencionar también que los neumáticos pueden ser unidireccionales, es decir, que la forma de su dibujo, a veces asimétrica, no permite intercambiarlos.

icon-gear