Sus preguntas
Nuestras respuestas
Incluso si su aspecto exterior parece perfecto, los neumáticos se desgastan y «fatigan». Los tacos y la banda de rodadura pierden grosor a medida que se recorren kilómetros. Las ranuras, de hecho, pierden profundidad. Los flancos, por su parte, también pueden sufrir un deterioro a veces invisible, debido, por ejemplo, al impacto con un cordón. Un mal paralelismo o un golpe en la llanta también pueden deteriorar el conjunto llanta/neumático y provocar vibraciones. La vida útil de un neumático varía en función de las condiciones de utilización, por ello es importante cambiar los neumáticos en cuanto perciba los primeros signos de desgaste.
Es muy probable. Se trata de los síntomas típicos que indican que los amortiguadores no están cumpliendo su función correctamente. Elementos esenciales del sistema de suspensión, los amortiguadores permiten evitar los rebotes y absorben los «movimientos de la carrocería», es decir, todos los movimientos que experimenta el vehículo al acelerar, frenar o cambiar de dirección. Al acelerar, se produce una transferencia de masa hacia la parte trasera del vehículo. Al frenar, sucede lo contrario: el vehículo ejerce una presión de apoyo importante sobre el tren delantero; es lo que denominamos hundimiento. Al girar, el vehículo ejerce una fuerza importante sobre uno de los lados; decimos que realiza un movimiento de balanceo. En todos los casos, la función de los amortiguadores es absorber estos movimientos y evitar una compresión excesiva, lo que podría provocar un comportamiento peligroso, por ejemplo, la prolongación de la trayectoria en los giros. Con el uso, su eficacia disminuye, y los movimientos del vehículo adquieren amplitud, lo que provoca una degradación importante de la adherencia a la calzada y una disminución de la seguridad.
El filtro de partículas o FAP, se monta ocasionalmente en los modelos diésel actuales. Presente en la línea de escape, este filtro un tanto particular, permite bloquear, almacenar y eliminar a alta temperatura las partículas de carbono y los hidrocarburos no quemados presentes en los gases de escape que pueden ser perjudiciales para la salud. Garantiza un funcionamiento muy «limpio» que participa en la conservación del medio ambiente, incluso durante el arranque en frío. El filtro de partículas debe revisarse con frecuencia, puesto que puede saturarse y provocar averías o una pérdida significativa de la potencia. Se trata de una pieza de desgaste cuya vida útil varía en función del uso del vehículo.
Sí, el convertidor catalítico o catalizador tiene una vida útil limitada y debe sustituirse con frecuencia según las recomendaciones del fabricante, o incluso antes, en función del uso más o menos severo que se haga del vehículo. El catalizador permite transformar o reducir de manera importante los componentes más contaminantes que contienen los gases de escape, y especialmente, los hidrocarburos no quemados: el monóxido de carbono, el óxido de nitrógeno y las partículas. Si el catalizador está deteriorado, los componentes nocivos se liberarán completamente a la atmósfera, y en consecuencia, su vehículo dejará de respetar los niveles de contaminación autorizados. Se trata de un elemento prohibitivo en la ITV.
Durante la circulación, si el neumático está desinflado, el roce de la banda de rodadura sobre el asfalto genera calor y un efecto de recalentamiento. Este recalentamiento combinado con una deformación importante del dibujo de la banda de rodadura, puede deteriorar de manera irreversible el neumático. Para evitarlo, le recomendamos que infle los neumáticos a la presión adecuada, en particular, cuando vaya a circular por autopista o autovía.
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Incluso si su aspecto exterior parece perfecto, los neumáticos se desgastan y «fatigan». Los tacos y la banda de rodadura pierden grosor a medida que se recorren kilómetros. Las ranuras, de hecho, pierden profundidad. Los flancos, por su parte, también pueden sufrir un deterioro a veces invisible, debido, por ejemplo, al impacto con un cordón. Un mal paralelismo o un golpe en la llanta también pueden deteriorar el conjunto llanta/neumático y provocar vibraciones. La vida útil de un neumático varía en función de las condiciones de utilización, por ello es importante cambiar los neumáticos en cuanto perciba los primeros signos de desgaste.
Es muy probable. Se trata de los síntomas típicos que indican que los amortiguadores no están cumpliendo su función correctamente. Elementos esenciales del sistema de suspensión, los amortiguadores permiten evitar los rebotes y absorben los «movimientos de la carrocería», es decir, todos los movimientos que experimenta el vehículo al acelerar, frenar o cambiar de dirección. Al acelerar, se produce una transferencia de masa hacia la parte trasera del vehículo. Al frenar, sucede lo contrario: el vehículo ejerce una presión de apoyo importante sobre el tren delantero; es lo que denominamos hundimiento. Al girar, el vehículo ejerce una fuerza importante sobre uno de los lados; decimos que realiza un movimiento de balanceo. En todos los casos, la función de los amortiguadores es absorber estos movimientos y evitar una compresión excesiva, lo que podría provocar un comportamiento peligroso, por ejemplo, la prolongación de la trayectoria en los giros. Con el uso, su eficacia disminuye, y los movimientos del vehículo adquieren amplitud, lo que provoca una degradación importante de la adherencia a la calzada y una disminución de la seguridad.
El filtro de partículas o FAP, se monta ocasionalmente en los modelos diésel actuales. Presente en la línea de escape, este filtro un tanto particular, permite bloquear, almacenar y eliminar a alta temperatura las partículas de carbono y los hidrocarburos no quemados presentes en los gases de escape que pueden ser perjudiciales para la salud. Garantiza un funcionamiento muy «limpio» que participa en la conservación del medio ambiente, incluso durante el arranque en frío. El filtro de partículas debe revisarse con frecuencia, puesto que puede saturarse y provocar averías o una pérdida significativa de la potencia. Se trata de una pieza de desgaste cuya vida útil varía en función del uso del vehículo.
Sí, el convertidor catalítico o catalizador tiene una vida útil limitada y debe sustituirse con frecuencia según las recomendaciones del fabricante, o incluso antes, en función del uso más o menos severo que se haga del vehículo. El catalizador permite transformar o reducir de manera importante los componentes más contaminantes que contienen los gases de escape, y especialmente, los hidrocarburos no quemados: el monóxido de carbono, el óxido de nitrógeno y las partículas. Si el catalizador está deteriorado, los componentes nocivos se liberarán completamente a la atmósfera, y en consecuencia, su vehículo dejará de respetar los niveles de contaminación autorizados. Se trata de un elemento prohibitivo en la ITV.
Durante la circulación, si el neumático está desinflado, el roce de la banda de rodadura sobre el asfalto genera calor y un efecto de recalentamiento. Este recalentamiento combinado con una deformación importante del dibujo de la banda de rodadura, puede deteriorar de manera irreversible el neumático. Para evitarlo, le recomendamos que infle los neumáticos a la presión adecuada, en particular, cuando vaya a circular por autopista o autovía.