Sus preguntas
Nuestras respuestas
Incluso si su aspecto exterior parece perfecto, los neumáticos se desgastan y «fatigan». Los tacos y la banda de rodadura pierden grosor a medida que se recorren kilómetros. Las ranuras, de hecho, pierden profundidad. Los flancos, por su parte, también pueden sufrir un deterioro a veces invisible, debido, por ejemplo, al impacto con un cordón. Un mal paralelismo o un golpe en la llanta también pueden deteriorar el conjunto llanta/neumático y provocar vibraciones. La vida útil de un neumático varía en función de las condiciones de utilización, por ello es importante cambiar los neumáticos en cuanto perciba los primeros signos de desgaste.
El circuito de climatización es bastante complejo, y sus diferentes elementos constitutivos, especialmente los manguitos, los conductos y las tuberías, en ocasiones pueden presentar fugas de gas de refrigeración. Este fallo puede provocar una mala refrigeración del aire o un retraso en la llegada del caudal de aire frío al habitáculo una vez se activa la climatización. Se recomienda realizar un balance del sistema como mínimo cada 2 años
Para realizar esta comprobación, existen unos indicadores de desgaste dentro de las ranuras de cada neumático.
El filtro de partículas o FAP, se monta ocasionalmente en los modelos diésel actuales. Presente en la línea de escape, este filtro un tanto particular, permite bloquear, almacenar y eliminar a alta temperatura las partículas de carbono y los hidrocarburos no quemados presentes en los gases de escape que pueden ser perjudiciales para la salud. Garantiza un funcionamiento muy «limpio» que participa en la conservación del medio ambiente, incluso durante el arranque en frío. El filtro de partículas debe revisarse con frecuencia, puesto que puede saturarse y provocar averías o una pérdida significativa de la potencia. Se trata de una pieza de desgaste cuya vida útil varía en función del uso del vehículo.
Existen diferentes tipos de aceite según las características del motor. En función del tipo de combustible, de la potencia y del tipo de uso para el cual ha sido diseñado, deportivo o urbano, el motor tendrá necesidades diferentes en términos de lubricación. El aceite mineral de motor se fabrica a base de petróleo bruto. Se recomienda sobre todo para mecánicas antiguas. Un aceite semisintético, más complejo y con características adaptadas a las mecánicas actuales, es una mezcla de aceite mineral y componentes químicos o petroquímicos. Por último, el aceite 100% sintético está compuesto exclusivamente por productos químicos o petroquímicos. Es el que mejor se adapta a las mecánicas de «alta tecnología».
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Incluso si su aspecto exterior parece perfecto, los neumáticos se desgastan y «fatigan». Los tacos y la banda de rodadura pierden grosor a medida que se recorren kilómetros. Las ranuras, de hecho, pierden profundidad. Los flancos, por su parte, también pueden sufrir un deterioro a veces invisible, debido, por ejemplo, al impacto con un cordón. Un mal paralelismo o un golpe en la llanta también pueden deteriorar el conjunto llanta/neumático y provocar vibraciones. La vida útil de un neumático varía en función de las condiciones de utilización, por ello es importante cambiar los neumáticos en cuanto perciba los primeros signos de desgaste.
El circuito de climatización es bastante complejo, y sus diferentes elementos constitutivos, especialmente los manguitos, los conductos y las tuberías, en ocasiones pueden presentar fugas de gas de refrigeración. Este fallo puede provocar una mala refrigeración del aire o un retraso en la llegada del caudal de aire frío al habitáculo una vez se activa la climatización. Se recomienda realizar un balance del sistema como mínimo cada 2 años
Para realizar esta comprobación, existen unos indicadores de desgaste dentro de las ranuras de cada neumático.
El filtro de partículas o FAP, se monta ocasionalmente en los modelos diésel actuales. Presente en la línea de escape, este filtro un tanto particular, permite bloquear, almacenar y eliminar a alta temperatura las partículas de carbono y los hidrocarburos no quemados presentes en los gases de escape que pueden ser perjudiciales para la salud. Garantiza un funcionamiento muy «limpio» que participa en la conservación del medio ambiente, incluso durante el arranque en frío. El filtro de partículas debe revisarse con frecuencia, puesto que puede saturarse y provocar averías o una pérdida significativa de la potencia. Se trata de una pieza de desgaste cuya vida útil varía en función del uso del vehículo.
Existen diferentes tipos de aceite según las características del motor. En función del tipo de combustible, de la potencia y del tipo de uso para el cual ha sido diseñado, deportivo o urbano, el motor tendrá necesidades diferentes en términos de lubricación. El aceite mineral de motor se fabrica a base de petróleo bruto. Se recomienda sobre todo para mecánicas antiguas. Un aceite semisintético, más complejo y con características adaptadas a las mecánicas actuales, es una mezcla de aceite mineral y componentes químicos o petroquímicos. Por último, el aceite 100% sintético está compuesto exclusivamente por productos químicos o petroquímicos. Es el que mejor se adapta a las mecánicas de «alta tecnología».